La construcción del reino de Aragón

Caballeros en la construcción del reino de Aragón

Construcción del castillo

el nacimiento de la fortaleza

La edificación del Castillo primigenio de Montearagón entre 1085 y 1089 está ligado a la propia construcción militar del creciente reino de Aragón. Esta fortaleza es clave para entender la conquista y articulación del territorio del Altoaragón a finales del siglo XI, en los inicios de la reconquista aragonesa del valle del Ebro.

La primera cuestión es dilucidar el nacimiento de la fortaleza y del hábitat monástico. A falta de un apoyo arqueológico que permita conirmar ciertas hipótesis sobre los primeros asentamientos del pueyo en el que se asienta Montearagón y sus diferentes etapas de ocupación,

La primera referencia a Montearagón aparece en tres pergaminos fechados en Peña en mayo de 1086. A principio de este año existía en el pueyo sobre el que se asienta el castillo un primer castro o recinto amurallado con algunas dependencias.

La construcción de la iglesia sería posterior a mayo de ese año, pues habla de la «iglesia que de nuevo hemos hecho en honor y en nombre de Jesús Nazareno en el castro que llamamos Montearagón». Esta primera fortaleza se iniciaría, por tanto, en 1085 y estaría terminada en la primavera del año siguiente, y en ella vivirían los mejores seniores del rey.

Creación de la iglesia

edificación y consagración

Posteriormente, ya en mayo de 1086, Sancho Ramírez decide crear una iglesia ex novo para completar el castro. No se trata de restaurar, sino de crear de nuevo.

De esta forma, la iglesia de Jesús Nazareno nace sin ninguna dependencia del futuro obispado de Huesca y bajo la tutela real. Esta característica sería de vital importancia en fechas posteriores y está en la base de los enfrentamientos entre Montearagón y el obispado de Huesca.

La ediicación dataría de un momento situado entre este mayo de 1086 y el 1 de julio de 1089, fecha en la que el Papa Urbano II la acoge bajo su protección.

La consagración sería meses después, según consta en un documento de Sancho Ramírez para San Juan de la Peña, fechado el 15 de mayo de 1090. La canónica se instalaría posteriormente, al igual que el diezmo de la villa, cuya primera mención es de 1098.

Caballero defendiendo la iglesia del castillo
Visita el castillo
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Donaciones

Entorno del castillo y la villa

A partir de 1089 se suceden las donaciones en el entorno del castillo y villa de Montearagón. Así, el 19 de febrero de 1089, San Juan de la Peña recibe «un palacio con su torre y un molino con sus tierras en el castro que llaman Monte Aragón». En agosto de 1089 es Sancho Ramírez el que dona a Galindo Dat «en Monte Aragón unas casas en el castillo y otras en la villa con su alodio». En marzo de 1090 el monarca dona a don Sancio «unas casas in Montearagón».

De todo lo anterior se deriva un gran interés por poblar tanto el castro como la villa de Montearagón a partir de 1089. Ambos espacios son diferentes, por un lado está el castro con sus palacios y habitaciones y por otro la villa. Igual que una cosa es la iglesia de Ihesu Nazareno y otra la canónica de Montearagón. La creación de la villa no responde a una búsqueda de nuevos espacios por colmatación del castro sino a una acción simultánea, ya que hay donaciones interiores posteriores a las cesiones en la villa. Esta política responde a un modelo claro de explotación y presión militar de gran éxito como reflejará la toma de Huesca, en la que Montearagón cumple un papel fundamental, al igual que la ediicación del Pueyo lo será para la conquista de Barbastro o la de El Castellar y Juslibol para Zaragoza.

El reino

reyes y canónigos

Tras las donaciones reales iniciadas en 1089 en el entorno de Montearagón, es en 1093 cuando se produce la primera gran dotación a la abadía de Montearagón, quizás porque sea en ese momento cuando se pueble de canónigos.

A partir de entonces y, especialmente en los años próximos, los reyes siempre se comportarán con largueza con el monasterio lo que le permitirá disponer de grandes rentas pero también será la base de sus disputas con el obispado oscense.

Caballeros en el patio del castillo